Qué es el aprendizaje organizacional y cómo se aplica en la empresa
Con el fin de ser referentes en un entorno con […]

Llega a todo lo alto con esta técnica de aprendizaje para empresas
Con el fin de ser referentes en un entorno con cada vez más competencia, muchas empresas ya invierten en el aprendizaje organizacional. Se trata de una competencia adquirida muy a tener en cuenta, ya que mejora sustancialmente la productividad de la empresa y de cada miembro de la misma.
A nosotros es algo que nos encanta. Por eso mismo, desde Cocolisto queremos compartir contigo.
Aprendizaje organizacional: qué es
El aprendizaje organizacional es una alternativa que permite transformar la información en conocimiento con el objetivo de mejorar la productividad de una empresa.
Sus pilares lo confirman la innovación y la transformación; porque son dos conceptos estrictamente relacionadas para llevar la productividad de la empresa a otro nivel. Para ello, es necesario seguir los pasos adecuados.
En primer lugar, es importante detectar y diagnosticar las diferencias entre las condiciones reales y las deseadas, y las causas. Luego, planificar y ejecutar acciones para solucionar las diferencias. Y, por último, generar conocimiento entre los miembros de la organización para afrontar situaciones futuras a partir de la experiencia adquirida.
Aunque identificar problemas y buscar soluciones parece algo que se ha hecho siempre, independientemente del tamaño de la empresa, lo cierto es que la generalización de lo aprendido es un paso importante.
Se puede fomentar el aprendizaje organizacional por medio de la influencia que los líderes o directivos tienen en una empresa, dado que pueden motivar a los trabajadores a que compartan sus conocimientos con los demás.
Al compartir sus conocimientos con los demás empleados, se puede fomentar la formación interna, la rotación de puestos o que directamente el ambiente de trabajo sea positivo y favorezca el brainstorming, creando una lluvia de ideas que permita ser a la empresa más competitiva respecto a otras.
Esta motivación hará que los empleados se vean más receptivos no solo a compartir sus conocimientos, sino a generar nuevos mediante la formación fuera del trabajo. Es decir, que tengan interés en crecer, que estén motivados en ser mejores, porque sabrán que serán recompensados.
En definitiva, con todo esto se puede crear una estructura organizativa ágil basada en la información, la comunicación y el diálogo, para aprovechar las capacidades y oportunidades.
Todo ello junto con los mecanismos de control para medir, nos permitirá saber lo que está funcionando bien y lo que no, para proponer soluciones y llevarlas a cabo. De esta forma, podemos ser más eficientes y, por lo tanto, conseguir el objetivo inicial: mejorar la productividad.
Es una ventaja competitiva frente a la competencia, porque permite ser más flexible y ágil. Lo que se traduce en más beneficios y una mejor satisfacción del cliente. Por lo que son todo beneficios.
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